jueves, 23 de julio de 2009

La pequeña de la casa quiere ser informática

En estos días de verano aprovecho las horas nocturnas para trabajar con el portátil, huyendo del calor que desprende el resto del día.  Es entonces cuando la pequeña de la casa aparece para recibir su dosis de cariño nocturno y se intenta colocar, como cuando tenía apenas un mes, entre el teclado y mi estómago.  Justo ahí donde más calor hace y ronroneando como la gatita feliz que es.  A continuación una fotito del avance hacia su hueco preferido:

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Empieza entonces una pequeña disputa por el espacio que suele devenir en una gran victoria...

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El resto ya es historia porque tengo que dejar el ordenador de lado y prestarle toda mi atención hasta que se duerme (si no me duermo yo antes, es incansable)  He de decir que practico intensamente para poner esa misma carita cautivadora que consigue milagros diarios.

miércoles, 1 de julio de 2009

Por la mañana y por la noche...

Nunca se sabe que va a suceder a lo largo del día, si la jornada será tranquila y apacible, con los minutos sucediendo a los segundos, las horas a los minutos, en una cadencia lenta y amable o si, por el contrario, la jornada será tipo tornado, llena de imprevistos, sobresaltos y sin tiempo para nada.

Creo que es importante asegurar por ello un buen comienzo y fin del día, por lo que pueda pasar... 

Nunca salgo de casa sin desayunar, cuento con esos imprescindibles quince minutos a la hora de poner la alarma del móvil la noche antes y ya me deleito mientras me levanto pensando en el Cola-Cao, las tostadas, el zumo y el café solo que se va enfriando mientras desayuno para quedar a la temperatura ideal para rematar el principio del día.  Ya puede pasar lo que sea en las próximas horas que yo ya he disfrutado de, al menos, un buen momento.

Por la noche siempre leo algo antes de dormir, depende de lo cansada que esté serán unas líneas, unos párrafos o unos capítulos.  Siempre tengo dos o tres libros en la mesilla de noche, viejas y nuevas lecturas, novelas o recopilaciones de cuentos, normalmente ficción y esta lectura nocturna es el otro buen, e imprescindible, momento del día.

Todo lo demás es circunstancial..